jueves, 7 de julio de 2011

Pequeña antología de frases de oráculos caldeos (siglo II)

- Es ley indisoluble de parte de los bienaventurados que [el alma] atraviese de nuevo una vida entre los hombres y no en los animales.

- Cuando veas el fuego sacratísimo brillar sin forma, a saltos, en los abismos de todo el mundo, escucha la voz del fuego.

- Hombre, ¡eres un artificio de naturaleza audaz!

- No aumentes el destino.

- El Padre de los dioses y de los hombres ha colocado el intelecto en el alma, pero a nosotros en un cuerpo perezoso.

- El Padre no inspira temor, sino que infunde persuasión.

- A algunos ha concedido comprender, por el estudio, el símbolo de la luz; a otros, incluso mientras duermen, los ha hecho fructificar con su poder.

- Nunca cambies los nombres extranjeros.

- Los bienaventurados están prestos [para atender] al mortal que se demora.

- Las cosas divinas no son accesibles a los mortales que piensan según el cuerpo, sino a cuantos desnudos se apresuran hacia las alturas.

- Las fieras terrestres fijarán morada en tu vaso.

- No pongas en tu mente las inmensas medidas de la tierra, porque no [existe] planta verdadera en la tierra. Tampoco midas la dimensión del sol juntando reglas: él se mueve por voluntad eterna, no por tu causa. Desatiende el silbido de la luna: ella corre siempre por obra de necesidad. La procesión astral no ha sido engendrada en tu favor.

- Para quien comprende es alimento lo inteligible.

- No evoques la imagen directamente visible de la naturaleza.

- Del seno de la tierra se lanzan perros terrestres que jamás muestran un signo verdadero a un mortal.

- La naturaleza invita a creer que los demonios son puros, y que los vástagos de la materia mala son útiles y nobles.

- Que te alimente una esperanza cargada de fuego.




© 2011, Héctor Ángel Benedetti

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