(Por Guada Aballe.)
Hija de Jean Sorel y Catherine Maignelais, Agnès nació en Fromentau en el año 1422.
Mujer bellísima, educada, sensible e inteligente, se dice que el rey Carlos VII de Francia se enamoró de ella apenas la vio por primera vez. Se convirtió en su favorita.
El rey no podía apartarse de ella, descuidando sus funciones de gobierno. Agnès no cesaba de recibir sus regalos: collares, joyas espléndidas, tapices, objetos de arte, ropas, telas; hasta un palacio, llamado Beauté-sur-Marne, gracias al cual Agnès comenzó a ser llamada Dama de la Beauté (= Belleza). Fue la primera mujer que lució diamantes tallados en Francia. Usaba maquillaje, se depilaba las cejas, llevaba vestidos con colas larguísimas y creó una moda dejando ver su seno izquierdo en público. Y fue la primera vez que en Francia un rey presentó públicamente a una mujer como su “amante oficial”.
Hasta que un día Agnès comenzó a interesarse por el pueblo. Y le dio una orientación distinta a su vida. Ordenó que le dieran dinero a los pobres, reconstruyó iglesias, creó fundaciones, entregó dotes a las doncellas pobres para que pudieran casarse. Influyó en el rey para que los impuestos se reformaran de una manera justa, para que se reorganizaran el ejército, la administración y la justicia.
Ya había tenido tres hijas y estaba esperando un cuarto hijo cuando se dirigió al campamento de Jumièges, para ver al rey y avisarle que existía un complot contra su vida. Para ello, Agnès tuvo que atravesar muchos kilómetros en pleno invierno. Fue demasiado para ella: al día siguiente dio a luz una niña prematura, que no logró sobrevivir.
Agnès murió a los pocos días, el 9 de febrero de 1450, sin poderse aclarar si fue envenenada o si falleció a consecuencias del parto. El pueblo, que no toleró la muerte de su protectora, decía que había sido envenenada.
En 2005 una investigación hecha sobre sus restos reveló que tenían una elevada cantidad de mercurio. Por lo que si bien no se puede afirmar que murió envenenada, no puede descartarse la posibilidad.
Hija de Jean Sorel y Catherine Maignelais, Agnès nació en Fromentau en el año 1422.
Mujer bellísima, educada, sensible e inteligente, se dice que el rey Carlos VII de Francia se enamoró de ella apenas la vio por primera vez. Se convirtió en su favorita.
El rey no podía apartarse de ella, descuidando sus funciones de gobierno. Agnès no cesaba de recibir sus regalos: collares, joyas espléndidas, tapices, objetos de arte, ropas, telas; hasta un palacio, llamado Beauté-sur-Marne, gracias al cual Agnès comenzó a ser llamada Dama de la Beauté (= Belleza). Fue la primera mujer que lució diamantes tallados en Francia. Usaba maquillaje, se depilaba las cejas, llevaba vestidos con colas larguísimas y creó una moda dejando ver su seno izquierdo en público. Y fue la primera vez que en Francia un rey presentó públicamente a una mujer como su “amante oficial”.
Hasta que un día Agnès comenzó a interesarse por el pueblo. Y le dio una orientación distinta a su vida. Ordenó que le dieran dinero a los pobres, reconstruyó iglesias, creó fundaciones, entregó dotes a las doncellas pobres para que pudieran casarse. Influyó en el rey para que los impuestos se reformaran de una manera justa, para que se reorganizaran el ejército, la administración y la justicia.
Ya había tenido tres hijas y estaba esperando un cuarto hijo cuando se dirigió al campamento de Jumièges, para ver al rey y avisarle que existía un complot contra su vida. Para ello, Agnès tuvo que atravesar muchos kilómetros en pleno invierno. Fue demasiado para ella: al día siguiente dio a luz una niña prematura, que no logró sobrevivir.
Agnès murió a los pocos días, el 9 de febrero de 1450, sin poderse aclarar si fue envenenada o si falleció a consecuencias del parto. El pueblo, que no toleró la muerte de su protectora, decía que había sido envenenada.
En 2005 una investigación hecha sobre sus restos reveló que tenían una elevada cantidad de mercurio. Por lo que si bien no se puede afirmar que murió envenenada, no puede descartarse la posibilidad.
© 2006, Guada Aballe
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