(Por Guada Aballe. De su libro Del tiempo de Carlitos: Recuerdos de Gardel y su época, Buenos Aires, Éditions de la Rue du Canon d'Arcole, 2006.)
Teófila Luna era una respetada mujer en los círculos sociales de Buenos Aires. Nacida el 6 de febrero de 1848, fue madre del destacado concejal Alejandro F. Mohr. Nada podía hacer presentir el desgraciado final de esta señora.
A las cuatro y diez de la tarde del sábado 10 de febrero de 1906, el electromóvil nº 16 —un carruaje de la Compañía Nacional de Automóviles, guiado por Doroteo (o Dositeo) Vázquez— marchaba a toda velocidad por la calle Bartolomé Mitre, y sin disminuir su rapidez dobló en la esquina de Montevideo con dirección al Norte.
Teófila cruzaba la calle. El chofer del automóvil quiso hacer una maniobra para evitar atropellarla. A pesar de todo la embistió, y Teófila cayó en tierra, siendo apretada por las ruedas del vehículo. Una ambulancia de la Asistencia Pública acudió al lugar y se llevó a la señora de Mohr, pero sus lesiones internas fueron tan graves que falleció antes de que pudieran llegar.
Sus restos reposan en el Cementerio de la Chacarita.
Teófila Luna era una respetada mujer en los círculos sociales de Buenos Aires. Nacida el 6 de febrero de 1848, fue madre del destacado concejal Alejandro F. Mohr. Nada podía hacer presentir el desgraciado final de esta señora.
A las cuatro y diez de la tarde del sábado 10 de febrero de 1906, el electromóvil nº 16 —un carruaje de la Compañía Nacional de Automóviles, guiado por Doroteo (o Dositeo) Vázquez— marchaba a toda velocidad por la calle Bartolomé Mitre, y sin disminuir su rapidez dobló en la esquina de Montevideo con dirección al Norte.
Teófila cruzaba la calle. El chofer del automóvil quiso hacer una maniobra para evitar atropellarla. A pesar de todo la embistió, y Teófila cayó en tierra, siendo apretada por las ruedas del vehículo. Una ambulancia de la Asistencia Pública acudió al lugar y se llevó a la señora de Mohr, pero sus lesiones internas fueron tan graves que falleció antes de que pudieran llegar.
Sus restos reposan en el Cementerio de la Chacarita.
© 2006, Guada Aballe
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